¿Qué se hace cuando te enterás que a ojos de él, eres la tóxica acosadora?
Quiero ir a romper todo, buscarle y encararle
Quiero decirle todo esto que me carcome, porque de pronto hay rencor
¿Cómo es posible que digas eso de mí?
¿Cómo es posible que no tengas autocrítica?
¿Quién eres?, ¿Con quién estuve?, ¿A quién le sigo dando el beneficio de la duda?
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Yo no puedo hacer más que escribir con la bronca que hoy me representa
Yo no puedo hacer más que sacar el veneno por este medio, desahogar y luego llorar.
Fui una tóxica conmigo misma, por haber tolerado los maltratos, faltas de respeto, desconsideraciones hacia mí, permitiendo que me rompan una y otra vez, y sin poder hacer nada.
Sí, soy la ex tóxica, como el día en que me quedé, cuando el tipo me dijo que “le daba cosa” caminar tomando mi mano por su Facultad porque mis rasgos andinos son tan notorios que a él le daba miedo de que me discriminen porque bueno, él es blanco y no tiene los mismos rasgos que yo, y claro a él no lo iban a discriminar, pero a mí si, nunca entendí la lógica, pero lo acepté.
Sí, soy la ex tóxica, y ese día, en vez de encararlo e irme con la decisión de nunca más volver, solo atiné a decirle “creo que deberías ver si quieres estar conmigo” y me a fui a mi casa a llorar sin poder parar. Aún recuerdo estar sentada en piso de la ducha llorando desconsoladamente, preguntándome porque diablos había nacido con esta cara, así tan india, tan chola.
Sí, soy la ex tóxica, por haber reclamado una y otra vez, durante dos años y medio que por favor deje de mirar un culo delante de mí; el tipo tenía esto de ir por la vida mirando cuerpos femeninos, pero no solo una mirada rápida, sino que volteaba a ver más de 10 veces, o se quedaba como tonto, muchas veces le hablaba y él no me prestaba atención porque estaba muy ocupado en su tarea de observación, examinación, y claro que fui la tóxica al enojarme por estas acciones, pese a que le había dicho más de 50 veces que no me gustaba, que me lastimaba, que por favor me respete un poco.
Si, soy la ex tóxica, esa que sabía que cuando el tipo estaba estudiando, ya sea en clase o en la biblioteca, evitaba de las mil formas escribirle, siempre esperaba a que él me mande un mensaje, porque le era molesto, él “estaba estudiando” y “no usaba el celular”; sin embargo, resulta que esta tóxica lo acosaba constantemente en clases, vaya que recién conozco esa parte de la historia.
Sí, soy la ex tóxica, esa que se enojó un día, en la parada de colectivo, y decidió no ir a una reunión con sus amigos, ¿por qué la tóxica se enojó?, porque de pronto al tipo se le ocurrió que estaba bueno hacer ese juego de miradas con una chica delante de mí, para luego decirme que le había parecido atractiva y que por eso la miraba, y bueno, ella entró a ese juego, y yo ahí parada como tonta, con una bandeja de torta que había preparado para él y sus amigos. Y es que claro, que tonta que es esta tóxica, no se dio cuenta que días antes él le había dicho que le gustaría “ir a un bar y chamuyarse a alguien porque necesitaba y quería sentirse deseado”, que tonta y tóxica que fui al enojarme y decidir irme de ese lugar, como no pude entender lo que había comunicado. Pero bueno, en vez de ser empática y entender/comprender sus deseos, que evidentemente no eran parte de nuestros acuerdos, decidí enojarme y lo hice sentir tan mal con ese enojo, que al final, él terminó ofendiéndose, y yo tuve que ceder para que sus sentires sean validados y justificados, menos los míos, porque esta tóxica tenía prohibido quejarse de algo que le hacía mal.
Sí, soy la ex tóxica, por sentir tanta inseguridad, por haberme sentido tan menospreciada y tan poca digna para ese tipo, ¿por qué?, por comentarios al aire que tiraba. Como el hecho de “si hicieras más ejercicio por ahí podrías abrirte más” (en ámbitos de la intimidad), “vos no podés ir a la Rabe porque no sabés nada de ahí”, “los de artes re fácil tienen las cosas para aprobar, en las ciencias es difícil”, ¿“vos pensás ser feriante toda la vida?, porque no sé si quiero que mi novia sea feriante para toda la vida”, “quiero chamuyarme a alguien para sentirme deseado”, “si voy a una fiesta y me gusta alguien, nos podemos besar total nos gustamos nada más, no es infidelidad” (teníamos una relación monogámica), “por ahí si estoy con alguien más joven, tendría más lívido, vos no querés garchar nunca” (yo no podía estar cansada, a pesar de que estudio, trabajo, cocino, a pesar que le daba el espacio a “garchar”, pero todos los días no se podía), y más comentarios que ya para que repetirlos. Sin embargo, entré en la lógica de mejorar para estar a la altura de él, para darle más tiempo a él, pensando que así me iba a querer más, o iba a dejar de decirme cosas de ese tipo, porque sí, dolía.
Sí, soy la ex tóxica, la misma que le tuvo que rogar al tipo para que me dé un regalo que me prometió una navidad, 6 meses después le pregunté, y me dijo que siga esperando, hasta que no pude más, y sí, hice «todo un drama», preguntándole que porque hacía eso, porque me había prometido algo que no iba a cumplir, para que me ilusionó, y su respuesta tan fría fue “no me siento seguro de nosotros por eso no te lo doy”, y de tanto llorar y sentirme mal, y seguir preguntando, me dijo “bueno te lo voy a dar pero es la última vez que me comprometo con vos”, con todo el enojo del mundo. Yo, obviamente, tan tóxicamente me sentí mal por haberlo presionado tanto, y le pedí que me perdone, es que le causé un trauma, que es como lo describió.
Sí, soy la ex tóxica, la misma que hizo «otro drama» porque el tipo sintió “algo” por una amiga de él. Llegó un día a casa a decirme “me encanta como me habla”, “me hace pensar, y me gusta que me diga eso”, “nadie me había dicho todas esas verdades, me encanta, me encanta”, con ese énfasis, y obvio algo en mí saltó, traté de no darle importancia a eso, pero no se pudo, ya en un momento determinado le pregunté que le pasaba con ella, “¿te pasa algo con ella, te atrae o algo?”, y no me respondió mucho, solo me dijo “yo me quiero garchar todo lo que camina”, un par de meses después me confesó que cada que la veía, él pensaba en como sería garchar con ella, que poses le gustaría, “cómo será ella en la cama”, y claro, después ya no soporté más la situación y solo suspiraba, más no podía hacer. Hasta que un día vino a decirme “ ya no me pasa nada, la veo y no me pasa nada”, y empezó con que tenía que presentármela para que yo deje de ser tan tóxica y celosa, porque claro, yo no confiaba en él.
Sí, soy la ex tóxica, y un día le encontré unos calzones que no eran míos; sin embargo, decidí creerle, igual él se enojó más porque yo no quería creerle. En realidad solo quería tiempo para procesar esa situación, y sí, aún así me quedé. Pero claro, siempre fui la que no confía, siempre la loca, la tóxica.
Sí, soy la ex tóxica, la misma que le planteaba mis temores, como el hecho de pasar por su Facultad, porque no quería molestarlo ni que pensara que estaba ahí buscándolo, a pesar de que mi directora de tesis estaba ahí. Y lo planteé para no generar incomodidades, y me dijo que si yo lo veía que vaya y lo salude y dije bueno. Y en esa lógica y a pedido de él, le llevaba galletitas, alfajores, y más cosas dulces que yo cocinaba, y a pesar de que para mi conllevaba un desvío llevarles cosas, lo hacía porque me lo pedía, y cada que iba a pasar, le avisaba, o le mandaba un mensaje para que sepa, más aún cuando le hacía favores, o me pedía que le lleve cosas como ropa, tapers, en fin…pero ahora me enteré que anda diciendo que yo lo acosaba, bueno, sí, fui la tóxica acosadora.
Sí, soy la ex tóxica, la misma que decidió ir a terapia porque se dio cuenta que estaba cagando la relación. Es que he de confesar que hubo un periodo de meses que sí, estaba muy mal, muchos de sus comentarios como el “te va tener una relación abierta?” (cuando estábamos en una relación monogámica, solo porque necesitaba sentirse deseado), “besarse con otra no es infidelidad”, o las veces que miraba culos delante de mí y no entendía que me hacía mal y otras cosas que fueron pasando en el camino, como lo de mis rasgos andinos, generaron una gran angustia dentro de mí, me sentí poco para él, mermó mi autoestima y me sentí vulnerable. Y llegué la punto de entender que la que estaba mal psicológicamente era yo, y empecé a ir a terapia, y sí, no voy a negar, fui sanando de a pocos, fui entendiendo cosas, y llegué a un momento en que ya no me afectaba tanto las cosas, o tenía herramientas de como comunicar las cosas, buscaba las formas, y sí, me esforzaba.
Sin embargo, estos avances de la tóxica, nunca fueron suficientes, al menos no para él, porque cada que yo avanzaba, él encontraba la forma en que yo vuelva a sentirme vulnerable, como esconder el celular cada que alguien le escribía, aludiendo que era su privacidad, pero él podía agarrar mii celular que quería, sin preguntarme, o sentarse a mi lado a ver con quienes conversaba, y darse el lujo de preguntarme quienes eran. Bueno, ese privilegio, yo no lo tenía, porque bueno, él tenía una privacidad, que yo no podía aparentemente.
Y ya para cerra el tema de mi gran toxicidad, creo que nadie me había dicho tantas cosas negativas como él, llamándome “asquerosa”, o diciéndole
“ándate de aquí”, “vete de mi casa”, “sos una mierda de persona”, “estos tres años de relación fueron una mierda”, “ves como haces que me ponga, vos tener la culpa”, “se me cae el pelo por tu culpa”, o burlándose de mi familia delante de sus amigos, llamándome “terrorista” por mi posición política, como si fuese un chiste, o diciendo que mi familia “todos son unos resentidos” por cosas personales que le conté. Y vaya que sabía todo de mí, mis dolencias, mis heridas, y es ahí donde justo le gustaba dar.
Esta tóxica pasó muchas noches llorando porque no podía entender porque me trataba así, pasó muchos días pidiéndole que paré. Esta tóxica, trató cada inseguridad del tipo con mucha empatía, hasta me alejé de personas que a él no le cerraban. Esta tóxica lo eligió mil veces, aún cuando me puso en el contexto de “si vos seguís relacionándote con él, yo no quiero estar con vos”, y más secuencias que, en fin, este texto se haría tan largo y más doloroso.
Sí, evidentemente fui esa ex tóxica, acosadora, la misma como él me vende, como él me llama. Sí, ante ojos de él, me reafirmo en ser la tóxica, la tóxica que giro a su alrededor y buscaba darle lo mejor que podía, y que toleró tanto, hasta los empujones últimos, hasta el grito de “me voy a garchar a alguien y te voy a mandar fotos”, o su última afirmación de «te voy a ser incondicional en la cama, no esperés otra cosa» o ese “ÁNDATE A TU PAÍS Y NO VOLVÁS MÁS”.
Sí, soy la ex tóxica, que a pesar de todo, y de las nuevas cosas que me voy enterando en el camino, sigo queriendo pensar que no es malo, que solo es inmaduro. Sí, soy esa tóxica que a pesar del enojo y del dolor, algo de empatía siente y busca las mil formas de no guardar un mal recuerdo y buscar el entendimiento. Y bueno, cuídense de esta tóxica, acosadora.